miércoles, 4 de febrero de 2009

Los Penetrados, Santiago Sierra



Los penetrados es una obra que transgrede, que provoca y estimula. Sierra me hace recordar La Lección de Guitarra” (1934), obra de Balthazar Klossowski de Rola, con toda esta carga sexual explicita, con el fin de denuncia y crítica.

Los penetrados es un video de 45 minutos conformado en ocho actos. Este video muestra las combinaciones de razas por medio de la penetración anal.

Sierra sabe cómo llamar la atención, cómo llegar a causar polémica y desconcierto en el espectador, y aunque el tema de la sexualidad ya no es tan escandaloso como solía ser, sigue “moviendo”, aunque creo que de otra forma, tirándole más, en primera instancia, a la morbosidad. Pero esto no lo es todo en su obra Los penetrados, también nos habla de una crítica social-racial, a la convivencia, o en su defecto, el rechazo, dependiendo del punto de vista que el espectador le dé.

Es por ello y porque en su obra se presenta cierta jerarquización, por la que la considero una obra política. Porque en el video podemos denotar, en primera, una discriminación e inferioridad (como es típico en la pornografía, y aunque tal vez esta obra no sea declarada pornográfica, si tiene ciertas características) de la mujer por ser el único elemento pasivo en la obra; en segundo, porque parece que la raza blanca siempre ha sido el primero en todo, siempre se ha visto de forma inferior a la raza “negra” (ejemplos los tenemos en Estados Unidos de Norte América, los constantes enfrentamientos entre razas o en las colonizaciones, tanto en América como en África) y esto se nota claramente en cómo está construida la secuencia.

Anqué también creo que en Los penetrados, también trata de mostrar la idea sobre igualdad entre razas.

La preocupación del artista radica principalmente en estos dos temas: la discriminación y el que tiene el poder. En mi opinión, me parece que Sierra ,en el aspecto de la creatividad de presentación del tema, se ve propositivo, innovador, y su obra no es mera pornografía como leí en algunos comentarios del artículo de Isabel Lafont. Y puede leerse desde varios puntos.